Capítulo 58 Susana es la verdadera invitada distinguida

—¡Tú! —Laura estalló en cólera, mientras el semblante de Dolores también se ensombrecía. Sin embargo, recuperó enseguida la compostura y sonrió con dulzura. —Susana, no importa si no entiendes lo que significa ser una dama de sociedad. Mamá y yo iremos poco a poco ayudándote a corregir esos defectos. Laura apretó con fuerza la mano de Dolores. En ese instante, la frustración la quemaba por dentro. No era que nunca hubiera esperado algo de su hija biológica, pero jamás imaginó que resultara tan problemática. De no ser por la presencia de Dolores, ¡ya habría muerto de rabia! Ese pensamiento solo la llevó a valorar aún más a Dolores. —Si no sabes comportarte, entonces no comas. Cuando aprendas los modales básicos, podrás hacerlo. —Sentenció Laura con frialdad. Susana la ignoró y continuó comiendo. Laura, más furiosa, apretó de nuevo la mano. Dolores, con paciencia, le dio una suave palmadita para calmarla y luego, mirando al encargado, habló con voz tranquila: —Susana, entraste aquí graci